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Entender a mi marido cuando estoy embarazada

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Entender a mi marido cuando estoy embarazada, es vivir una aventura de los dos y para tres

Desde que supe que estaba embarazada y compartí la noticia con mi marido, he decidido vivir intensamente junto a él esta nueva aventura de los dos y para tres. Sé que ni todos los hombres son iguales, ni mi marido es diferente a otros, pero si sé que esta nueva aventura es única y exclusiva de los dos y para tres.

Sin embargo, estar enamorada de él y esperar un hijo juntos pueden no ser suficientes motivos como para saber vivir plenamente mi embarazo. Tengo que hacer -afectiva y sentimentalmente hablando- de mi gestación un “embarazo transparente y en coordinacion” con sus sentimientos. Porque el embarazo es cosa de los dos y para tres.

Sé que debo hacer el esfuerzo mental y físico para que se den las mejores condiciones para que “mi embarazo sea tan transparente que se convierta en nuestro embarazo”. Pero este esfuerzo me dará los frutos de saber que debemos estar implicados en la misma aventura y congeniados durante todo este largo proceso.

  • Como mi marido en nuestra relación suele ser más visual que auditivo, tengo que saber mostrarle paso a paso sincera y claramente las variaciones que se producen dentro de mí. Este tipo de comunicación va a ir a nuestro favor ayudándole a sentirse tan cerca como yo de nuestro futuro hijo.
  • Mi marido en nuestra relación suele ser más racional que intuitivo. Por eso no debo esperar de él respuestas sonoras y emocionantes.  Y sí que debo  saber esperar de él respuestas reflexionadas a base de silencios, miradas o sonrisas sin más.
  • Normalmente el cuerpo de mi marido actúa con movimientos menos armónicos e incluso más fuertes o bruscos de los que yo hago con el mío. Debo saber que para que él pueda en mi estado tratarme con delicadeza, ternura y suavidad yo debo ayudarle esperando su cambio, teniendo paciencia y comprensión.
  • Como mi marido normalmente ante cada situación nueva y en este caso nuestro embarazo, va a desear convertir la aventura en un nuevo reto difícil de interiorizar sino es gracias a mi empatía le costará acoplarse desde su incompleta perspectiva en nuestro embarazo.
  • A mi marido normalmente le cuesta conmoverse fácilmente ante las situaciones nuevas. Por eso debo conseguir emocionarle con nuestro embarazo con argumentos positivos y que estén basados en experiencias y estadísticas que nos hagan vibrar juntos ante la nueva realidad.
  • Como mi marido habitualmente me busca en nuestras relaciones sexuales, en cada encuentro sexual, puede ser el mejor momento de darnos mutuamente la oportunidad de estar ambos lo más cerca físicamente posible al lado nuestro hijo durante cada relación intima. Con cada relación afectivo-sexual sé que se pueden despertar en él pensamientos contradictorios de miedo, cuidado, respeto y asombro ante mi estado corporal transitorio. Y debo saber ser la compañera, amiga y amante que le inspire confianza en sí mismo y en nuestra relación.
“Sé que durante estos 9 meses, yo soy la persona con más información privilegiada que nadie, sobre nuestro hijo en tiempo real”.

Transmitir a mi marido de manera asertiva y afectuosa “cómo va… nuestro hijo” es parte del plus emocional que debo añadir a nuestra espera. Porque soy consciente de que mi embarazo es cosa de los dos y para tres.

También sé que tengo que tener cuidado de no retransmitirle sobre mi estado, solo lo urgente y lo accesorio o ciertas medias verdades. Debo comunicar siempre lo verdaderamente importante para compaginar con él, una espera lo más asertiva y empática posible. Así hago que mi “embarazo sea transparente” para los dos. Estando los dos de acuerdo en que mi embarazo es cosa de los dos y para tres, seremos también más conscientes cada día pasa de que nuestro hijo es:

“Muy querido y muy deseado con independencia de si ha sido o no buscado”

En esta aventura, tenemos los dos una causa en común:

“Esperar el nacimiento de nuestro hijo, queriéndolo  y deseándolo a través de un trato en común transparente y excelente”

Si queremos que mi embarazo sea cosa de los dos y para tres, mi marido debe estar al tanto de mi salud y mis sentimientos. Mucho más y antes que mi madre, mis amigas o incluso mi ginecolog@.

Si queremos que mi embarazo sea de los dos y para tres, cambiar de talla, o no verme los pies durante unas semanas no será solo un tema de aceptación físico sino que será un tema aceptacion emocional  en tiempo real.

Si mi embarazo es de los dos y para tres, sé que no estoy sola. Porque si se  transmitir  que lo que yo siento es parte de los tres estaré muy bien acompañada.

Que mi embarazo sea de los dos y para tres me hace saber que no soy  solo yo dueña del nuevo hijo. Físicamente puede parecer que solo es mío porque está dentro de mí. Pero la realidad es que cada uno de nosotros tiene un 50% del total de la carga genética de nuestro hijo.

 

“Si sumamos carga genética, responsabilidad familiar, comunicación afectiva y asertiva de la pareja, seremos con mi embarazo protagonistas de la bien llamada NUEVA PATERNIDAD GLOBAL”

 

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Cómo entender y comprender a mi mujer embarazada

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Entender y comprender a mi mujer embarazada forma parte del proyecto de crear una familia

 

La gran asignatura pendiente e invisible de la conciliación familiar y matrimonial es la falta de empatía por parte del hombre durante el proceso de gestación de su mujer.

Esa lejanía afectiva habitualmente no es falta de cariño. Pero sí suele ser falta de conocimiento y de transmitir hacia su mujer sus propios sentimientos durante el embarazo. Y también el desconocimiento por parte de él de lo que supone para la mujer el proceso hormonal-físico-afectivo de esperar un hijo.

 

“Esperar y tener un hijo no es solo un hecho puramente biológico o demográfico”

 

Cada embarazo necesita a una mujer sana pero también necesita a una mujer fuerte interiormente. Esa mujer sana y fuerte necesita para ser madre de un padre sano y fuerte para ser el mejor compañero afectivo de ella durante esta etapa.

No se empieza a tomar conciencia de ser padres, cuando se le vea la cara a vuestro bebe. Porque ya sois padres desde su concepción en la que los dos fuisteis arte y parte. Si yo como padre me organizo para estar junto a los míos desde la mañana a la noche, nunca llegaré a sentirme como un mero proveedor material familiar.

 

Para mí como padre entender y comprender con empatía a mi mujer embarazada me lleva a que mis cuidados tengan un doble sentido.  Además de valorar el bienestar material de mi hogar estoy a la vez cuidando y valorando nuestra futura maternidad  como pareja.

Mi cercanía emocional y mi compañía afectiva como varón-padre hacia el embarazo de mi mujer, le ayudará a no sentirse sola, a no sentir miedo. Sobre todo en el último trimestre de la gestación.

 

Como varón-padre debo entender y comprender que las relaciones afectivo-sexuales con mi pareja durante nuestro embarazo deben servir principalmente para unirnos más cada día.

Como padre de mi mujer embarazada tengo que respetar que durante alguna de las etapas del embarazo a algunas mujeres les disminuye el apetito sexual. Sin embargo  hay que cuidar su apetito afectivo.

 

Comprender a mi mujer embarazada me hace tener que diferenciar como hombre estos 2 apetitos diferentes y complementarios en mi mujer embarazada. Los antojos o las nauseas en su embarazo no son sólo reacciones biológicas singulares sino que también se pueden re-interpretar con la necesidad emocional de sentirse amada por nosotros dos.

 

Gracias a mi cercanía masculina, sé que podré evitar que mi pareja viva su embarazo en solitario

 

  • Según como lleve yo el embarazo de mi mujer puedo hacer de esta etapa  un momento plenamente feliz o  un tiempo muy insatisfactorio para ambos.
  • Según como lleve yo el embarazo de mi mujer puede ser una etapa de re-afirmación  de nuestra unión y de consolidación de nuestro proyecto familiar.
  • Según como lleve yo el embarazo de mi mujer sabré que cuando no la entienda, debo poner en marcha un plus de comprensión más allá de los hechos porque es lo que ella y nuestro hijo necesitan de mi.

 

¿Comprendo tanto a mi mujer embarazada que me siento embarazado de nuestro primer hijo aunque no tenga nauseas o no note “las pataditas” de nuestro hijo mientras estoy comiendo o durmiendo?

 

Solo sentiré como mío el embarazo de mi mujer, si me acerco más que antes a ella y puedo terminar por sincronizar el latido de su corazón con el de nuestro hijo y con el mío. Entender y comprender a mi pareja es conseguir que el latido de nuestros tres corazones sigan una misma melodía.

 

El futuro hijo necesita de unos padres que palpiten junto a él, desde antes de nacer.
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Aprender desde la infancia a discutir sin tener que pelearse

discutir“La gente suele pelear en general, solo porque no puede discutir” (Gilbert Keith Chesterton)

A discutir bien o a pelear se aprende desde la infancia. ¿En tu infancia, como eran los que fueron tu modelo de convivencia a seguir?

Y ahora, que tu puedes ser el modelo de otros ¿cómo te comportas?, ¿eres una persona que sabe discutir o pasas directamente a la pelea?

  • Discutir tranquilamente no es lo mismo que pelear.  Ante una misma persona y/o circunstancia, el tema a tratar importa mucho menos que tu actitud.
  • Discutir tranquilamente te permite ser amable con el otro, si te peleas te consientes poder ser un borde.
  • Discutir te permite acabar “en tablas”, mientras que pelear solo te deja hacer un  “jaque mate”.
  • Discutir  te permite mantener un diálogo oscilante y plural, pelear consigue que acabes arrojando tus palabras contra el otro por fijación.

La solución a un conflicto o problema suele ser más fácil de lo que parece, porque depende casi en exclusiva de la actitud personal más que de las aptitudes intelectuales tuyas o de los demás.

 

Ante un conflicto la buena actitud simplifica cualquier acuerdo o solución. “La simplicidad es complejidad RESUELTA”  (Issey Miyake)

 

De hecho una vez resuelto el problema, te parece que el tema se fue complicando  sin necesidad y el ambiente familiar se desequilibró, haciendo que al final no existiera proporción entre el disgusto, la gravedad del problema y la solución.

La vida es más sencilla y fácil desde la sencillez de sentimientos, la tranquilidad personal y la fe en los buenos frutos del diálogo, por eso es mejor evitar los conflictos, que luego tener que arreglarlos:

 

Vivir en familia entre barricadas es una forma de convivir que no favorece a nadie y perjudica a todos

 

Enseñar a discutir a nuestros hijos desde pequeños, como modelo de comunicación familiar y no de permanente enfrentamiento, es la mejor herencia que les puedes dejar a los tuyos.

 

Cuando creas que debes discutir, no te olvides de que al hablar debes:
  • Mirar siempre a los ojos de la otra persona.
  • Permanecer lo suficientemente cerca de la otra persona que para hablar no necesites gritarle.
  • Esperar siempre dos segundos,  antes de contestar a la otra persona, este tiempo evitará que le cortes mientras él habla.
  • No tener nunca en las manos algo con lo que puedas amenazar, golpear o lanzar a la otra persona.
  • Pedir un tiempo al otro de tregua y reflexión antes de seguir discutiendo, para entonces responder a las diferencias con nuestra cabeza y  corazón y no con nuestro hígado.

 

“La gente suele terminar por pelear en general, porque no sabe discutir” (Gilbert Keith Chesterton)
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Hijos sin amor ni sexo, solo por encargo y sin sentirnos

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El paso siguiente a tener sexo sin que exista amor es tener hijos sin necesariamente tener sexo.

La tecnología y la ciencia nos lo permiten, pero nuestra alma y corazón ¿lo podrán resistir bien?. Entre la ciencia y la tecnología a la hora de tener hijos, no existe una relación de amor sino de desamor. Es más el amor puede enturbiar su eficacia prevista.

Tener hijos sin antes habernos amado produce una entropía interna difícil de resolver ni siquiera con el paso del tiempo.

Tener hijos sin tener sexo, roce corporal y sentimientos afectivos intra-conyugales es ya una realidad incipiente, basada en avances científicos que no consideran necesaria la afectividad como parte del proceso pro-creativo.

Esta no correlación entre el sexo y la decisión de tener hijos suele producir pensamientos divergentes que aparentemente están basados en ideas no tradicionales y aparentemente creativas pero que en el caso de la naturaleza no es fácil de poder implantar de manera lógica sin coste alguno para el pensamiento humano.

Parece como si hablar de fecundar y hablar de procrear fuera lo mismo ya que los dos conceptos están basados en la potencial fertilidad de la especie humana.

“Pero igual que las especies animales y vegetales no procrean sino que fecundan, pues los hombres aunque puedan científicamente fecundar inevitablemente procrean”

Por eso cuando las personas procrean como si fecundaran, se produce una especie de fuga interior en la parte espiritual de la persona que al dejar fuera de juego la aventura de la vida procreada, su pensamiento se transforma en un razonamiento ilógico y divergente porque se queda incompleto de todo lo que el hombre puede dar a través de la procreación y que la fecundación sin intervención humana,  no puede dar.

¿En qué medida nos afecta a nuestra vida cotidiana que nos permitamos vivir asumiendo algunos avances científicos aunque puedan contradecir nuestra forma lógica de ampliar nuestra especie y no reducirnos a la manera de las otras especies?

Unirse dos personas para procrear un nuevo hijo sin tener en cuenta la afectividad de ambos y entre ambos,  hace que las etapas aparentemente lógicas que se necesitan para llegar a tener un hijo estén vacías del calor de la humanidad y sin embargo inundadas de  la frialdad y la perfección de la propia de la tecnología.

“La fecundidad y efectividad científica para fecundar un hijo exige un modelo de tecnología que vacía de contenido nuestra afectividad”

La fecundación es pura técnica, alta efectividad y nos genera razonamientos divergentes en cuanto a la posibilidad real de traer un hijo al mundo sin rozarnos y sin sentirnos. La fecundidad afectiva sin emocionalidad no requiere de compañía, por lo que además es poco fértil efectivamente hablando porque no necesita de la sociabilidad entre dos.

La procreación  es pura naturaleza,  altísima afectividad y  ambas nos ayudan a construir pensamientos convergentes y lógicos que nos den la seguridad y la autoestima necesaria para asumir responsablemente un hijo con todo nuestro corazón, con independencia de la perfección de sus dotes genéticas. Cuando procreas, salvo casos especiales…, nunca estas solo porque están implicadas dos cuerpos y dos voluntades que se necesitan entre si para tener un hijo.

¿Tienes previsto poner limites a la ciencia y a la tecnología a la hora de tomar la decisión de tener un hijo a cualquier precio?
¿Sabes valorar tu potencial procreación sin ir en detrimento de tus valores invisibles?
¿Quieres crecer como persona a la hora de tener un hijo o quieres solo crecer y multiplicarte como el resto de las especies de la tierra?

El nuevo hijo además de la carga genética necesita de sus padres junto con su roce y su cariño. Si este hijo solo recibe su carga genética, es difícil que el nuevo hijo pueda asumir sus propios fracasos y los de los demás a lo largo de su vida.

Se le diseñó para ser un encargo perfecto y recibió tal encargo sin calor humano. Y esto es lo que conoce desde que se le fecundó y nació

“Decir no al sentimiento te hace ser más eficaz aunque no seas más feliz, porque los sentimientos no son prioritarios…”

 

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El placer sexual y la emoción programada producen insatisfacción

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Por mucho que la ciencia y la tecnología avancen y junto con ellas la robotización afectiva, no quiere decir que el avance sea un acierto. Porque los robots no entienden de las realidades de nuestro corazón. Por muchos circuitos re-programados que se inventen nada nos puede hacer disfrutar más del amor que las personas que se auto-eligen.

Es verdad que la robótica como compañera de cama exige mucho menos que una persona de carne, hueso y corazón. Pero también es verdad que como tal da mucho menos que lo que una persona puede dar al amar o sentirse atraída, admirada y amada.

“Buscar el placer sexual con un robot, es como disfrutar más con una película de cine mudo y en blanco y negro, que con una película a todo color, en tercera dimensión y con sonido surround”

Lo fascinante y atractivo del encuentro sexual entre hombre y mujer es que hace sentirte complementado biológica, psicológica y afectivamente en un mismo acto sexual.  Es como si fuera magia y no una programación afectiva. En esta línea de investigación y  desarrollo de negocio van las ultimas tecnologías al servicio de la afectividad de la mujer y el hombre. En ellas se esta dando la espalda a la ternura, el cariño, la complicidad, la emotividad, los sentimientos y las emociones realmente humanas y que abarca toda la fecundidad afectiva.

Os reproduzco íntegramente el último artículo publicado por Sara Molina, en relación con las posibles consecuencias que producen al unir las relaciones conyugales y la robótica sexual. Es importante estar al día sobre toda esta nueva revolución sexual que nos desprotege en la forma de querernos plenamente. Esta revolución puede llegar a imponernos nuevas formas de relaciones personales que afectan a la familia y a cada uno de sus miembros.

Amor y matrimonio en un mundo robótico

En algún momento… cabe esperar que las máquinas tomen el “control”, escribió A. Turing en 1951.

Más recientemente, en el año 2014, S. Hawking advirtió que “el desarrollo de una inteligencia totalmente artificial podría significar el fin de la raza humana”.

La robótica y la tecnología avanzan tan rápido que cabe la duda razonable de que el hombre esté o no preparado para ello; para afrontar cambios paradigmáticos en su manera de relacionarse y de emocionarse.

Si a día de hoy me preguntaran sobre mi deseo de contraer matrimonio con un robot me recorrería el cuerpo una sensación extraña que puede ser muy parecida a la que estás teniendo tú al planteártelo. Según ingenieros especialistas en robótica, en los próximos 30 años la mimetización de los robots con los seres humanos alcanzará tal nivel que podríamos llegar a enamorarnos de ellos. Incluso llegar a mantener relaciones sexuales y establecer lazos afectivos matrimoniales.

Existen premisas en el ámbito matrimonial, como la conciencia y la voluntad, que serían condición necesaria para un consentimiento libre de las partes. Una inteligencia artificial no tiene por qué desarrollar el deseo o necesidad de establecer lazos afectivos de este tipo. Precisamente por esta razón, me gustaría reflexionar sobre la relación de la inteligencia artificial con la inteligencia emocional.

Si no nos han ocultado algún avance, parece que estamos lejos de haber desarrollada una inteligencia artificial verdadera. Aunque en el mercado existan los denominados robots con sentimientos como Pepper, no son más que tecnología predictiva que gestiona datos ordenadamente. Así mismo, Deep Blue de IBM durante esa partida de ajedrez mítica contra G. Kasparov no demostró más que una capacidad pasmosa para analizar jugadas en un tiempo récord. Pero sin ser consciente de que lo que hacía era jugar al ajedrez.

En el campo relacional el desarrollo de la robótica está aún por desarrollar, el mercado está dominado por complementos sexuales y muñecas hiperrealistas como “Real Doll”. Son  “juguetes” sin personalidad, ni emociones al fin y al cabo. Según A. Flox, un periodista especialista en la relación entre sexo, legislación y tecnología, “los robots sexuales van a necesitar de la participación desde la nanotecnología a la capacidad de replicar texturas de piel no uniforme, pasando por la inteligencia artificial para entender el lenguaje natural”. Lo cierto es que la tecnología avanza a pasos agigantados. Sin ir más lejos, J. Cabibihan, de la Universidad de Qatar, y sus compañeros de investigación crearon un material que tanto al tacto como a la vista es muy parecido a la piel humana. Se trata de un polímero de silicona suave que se calienta a las temperaturas del cuerpo humano a través de dispositivos electrónicos.

Pero hablando de sentimientos, el ser humano en su complejidad es capaz de experimentar, no sólo el impulso sexual, sino el amor romántico y el apego tras una larga relación. Estos tres sistemas cerebrales acuñados por H. Fisher pueden ser un buen punto de partida ¿Será una inteligencia artificial capaz solamente de provocar estos sentimientos en un ser humano, o también serán autónomos en sus emociones?

Entender y aprender a conquistar podría ser sin duda uno de los conocimientos desarrollados por una inteligencia artificial. Un robot con todos los manuales de amatoria integrados se convertiría en un amante virtuoso que sabría qué hacer y decir en cada momento. Para D. Levy, autor de “Love and Sex with Robots” el trabajo con robots está basado en la simulación de comportamientos humanos, y lo importante no es la capacidad de la máquina para sentir sino para transmitir esos sentimientos al ser humano y que éste los perciba.

Así A. Turing, en el ensayo “Machinery and Intelligence”, planteaba el famoso Test de Turing: ¿puede una máquina simular el comportamiento humano y ser indistinguible a los ojos de un observador externo? ¿Nos cegaría el amor y olvidaríamos que es un robot? H. Fisher justifica el amor ciego en la activación de unas determinadas áreas del cerebro y desactivación de parte de las amígdalas cerebrales relacionadas con el miedo.

Tenemos muchos ejemplos de relaciones humanas con inteligencia artificial en la gran y pequeña pantalla. “Ex Machina” y “Her” nos muestran esa capacidad de enamoramiento humano de una “máquina”, incluso sin corporeidad. Y donde es el ser humano el que acaba sufriendo ante el abandono. En el caso de “Ex Machina” ante la inquietante necesidad de libertad de la máquina. Y ahora que hasta podemos dejar un legatario de nuestra identidad en Facebook, me causó especial inquietud la serie británica “Black Mirror”. En el capítulo titulado “Be right back”, juega con la idea de sustituir a una persona a partir de su huella digital y recuerdos almacenados.

Actualmente R. W. Picard, una de las promotoras de la computación afectiva, intenta unir la relación emocional entre los hombres y los robots. En su libro “Affective computing” Rosalinde aborda los posibles efectos del reconocimiento de la emoción por los robots. Afirma que si queremos que las computadoras sean genuinamente inteligentes e interactúen de forma natural con nosotros, deben de tener la capacidad de reconocer, comprender e incluso tener y expresar emociones.

En esta misma línea, “En la Universidad de Cambridge se está trabajando sobre el prototipo de ZOE, el avatar expresivo en base al reconocimiento de voz y los datos visuales. Replica las emociones humanas con un realismo sin precedentes. Pero cuando aludimos a la parte afectivo sexual sería necesario una inteligencia artificial que más allá de la recreación de las emociones, integre realmente las emociones de forma autónoma”.

En mi opinión, la inteligencia artificial podría llegar a desarrollar ciertas habilidades como respuesta a la necesidad de relacionarse con los seres humanos. Pero en base al concepto de D. Goleman no es inteligencia emocional mientras no exista un conocimiento consciente de las propias emociones.

En cuanto a la sexualidad entiendo que el desarrollo técnico podrá proporcionar experiencias satisfactorias a modo de juguetes sexuales. Incluso no me cabe la menor duda de que algunas personas podrían desarrollar sentimientos hacia robots. Y en respuesta obtener determinados beneficios del tipo que fueran. Pero, ¿necesitaría la inteligencia artificial de nuestro afecto, o simplemente lo utilizarían en su propio beneficio? ¿El vínculo entre ambos sería auténtico, consciente y verdaderamente libre por ambas partes?

Artículo escrito por Sara Molina Pérez-Tomé, CEO de Marketingnize.

 

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Hoy, ¿en qué escalón te gustaría estar?

escalón

Hoy, ¿en qué escalón quieres estar?

Dedicamos muy poco tiempo al auto-conocimiento,  ya que el día a día nos impide pararnos a pensar que la persona a la que más tenemos que cuidar es ¡Nosotros mismos! 

 

¡La vida de casi todos es complicada, no eres el/la únic@!

 

En Gabinete Sophya te podemos ayudar a construir un puente que conecte el lugar donde estás ahora con el lugar donde deseas estar.

¡Solos no podemos hacer nada por ti, te necesitamos!

 

Si dudas al responder al menos 1 de estas 4 preguntas, nuestra coach Sara Molina puede ayudarte con un proceso de coaching de crecimiento personal:

    1. ¿Disfrutas de las cosas que haces, AHORA?
    2. ¿Establecerías algún tipo de “plan de acción” para solucionar tus dudas?
    3. ¿Te atreves a “poner en marcha” tus proyectos personales?
    4. ¿Sabes si eres todo lo feliz que te gustaría o te mereces ser?

 

 

EL ÉXITO EMPIEZA POR CREER Y QUERER CAMBIAR POR TI MISM@
 Para más información llamar al teléfono 91.639.14.49 o por WhatsApp al 607.92.31.31
Lunes a Viernes 9:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00 (Preguntar por Angela Calmet)
 Si cree que esta información le puede interesar a algunos de sus contactos, por favor reenvíeselo.

 

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La inutilidad de ser utensilio y la utilidad de ser útil

Si tu familia y tus amigos consideran que eres un buen utensilio solo por la forma que tienes de tratarles, ayudarles y nunca dejarles plantados, ha llegado la hora de que te replantees tu dedicación a los demás.

Cuando los utensilios se hacen viejos por desgaste, se reponen por otros nuevos. Cuando las personas envejecemos no nos gastamos ni somos sustituibles por otros. Somos únicos mientras sigamos siendo nosotros mismos.

Tu dedicación a los demás, no debiera ser amortizada como si de un utensilio se tratara, hasta que dejes de ser interesante para los demás. Entonces te considerarán inservible y buscarán un nuevo repuesto.

Si por exceso de utilidad te conviertes en una persona-utensilio con derecho a uso y no más, no es lo que queremos de nosotros mismos.

Ser un incondicional de tu familia y amigos, a veces te hace vivir del espejismo del éxito y el aplauso por los servicios prestados. Sin quererlo dejamos en un segundo plano el agradecimiento por lo verdaderamente importante:

“El esfuerzo y el cariño que pusiste por los tuyos”

Cada uno de nosotros, somos mucho más que los éxitos que podemos conseguir con nuestra entrega personal. No vivamos pendientes de las luces y las sombras de nuestros logros. Estemos pendientes de nuestra honestidad personal y moral a la hora de tomar decisiones y prestar ayudas.

En la familia, con los amigos o en el trabajo es frecuente confundir a la persona servicial y amable con un buen utensilio a utilizar a demanda de quien lo necesite…

Todos los favores que se ven, se tocan y son públicos por intereses personales de unos y de otros pueden hacer invisible a la persona que los hace y el porqué de su forma de relacionarse con los demás. Es fácil explotar al útil y amable en función de su entrega y forma de ayudar a los demás.

Por otro lado, cuando uno no se quiere por lo que es y representa sino por lo que hace y le aprueban los demás, también es fácil que caiga en la trampa de necesitar convertirse en un buen utensilio para auto reconocimiento o estima.

Es más que evidente que el mundo materialista en el que vive Occidente, hace “del pragmatismo la llave maestra que todo lo abre”. Busco en los demás a los que me son útiles y yo debo ser muy útil a los demás para no estar o sentirme solo.

Alguien puede tener para nosotros un valor especial,  cuando  nos ayuda a consumir más a pagar menos, o a cobrar de manera exorbitada.  Valorar a las personas por lo que te dan o te ayudan a conseguir, es minimizar el verdadero sentimiento de ser útil.

Valorarte a ti mismo más como un utensilio que como una persona útil  ocurre:
  • Cuando dejas de ser quien eres por agradar  o servir a los demás.
  • Cuando dejas de ser quien eres para sentirte halagado por tus contactos o favores.
  • Cuando tu vanidad te pide cambiarte por dentro y por fuera para tener más éxito.
  • Cuando tu excesiva amabilidad te obliga a estar siempre disponible.
  • Cuando renuncias a tu necesario descanso para contentar a los demás.
  • Cuando renuncias a tus opiniones y juicios de valor por intentar comprender siempre a los demás.
  • Cuando dejas de proponer tus criterios o modos de actuar para no perder amigos.
  • Cuando tu tiempo y tu espacio se diluye y se pierde en el tiempo y espacio de los otros.

Ser útil y no utensilio, debe formar parte de tus sentimientos y pensamientos, aun a sabiendas de que este posicionamiento no te va a ser gratuito, ya que  decir NO a personas o circunstancias cuando la gente espera de ti un SI, puede hacerte sentir rechazado por “algunos interesados”.

Las personas-utensilio, tienen un tiempo de caducidad para convertirse en un trasto viejo, mientras que las personas-útiles no tienen final porque pueden dejar huella incluso después de su muerte.

La flexibilidad propia de una persona útil hace de ella una persona que unas veces es recipiente, otra canal, otras filtro, otras protector, y muchas otras asidero…todo depende de cómo cuando y porque se le necesite y el crea que debe corresponder.

La flexibilidad no le exige a la persona-útil estar siempre disponible para todo lo que el mundo le pida. La flexibilidad de la persona-útil está en saber decir SI cuando puede y debe decirlo y saber decir NO cuando no puede o no debe hacer algo por el bien de todos.

Hay peticiones o servicios que pueden estar envenenados, y que podemos o debemos negarnos a hacer o participar, aunque aparentemente no sea algo muy dañino, pero nuestra conciencia nos invita a:
  • Aspirar siempre a lograr el mal menor para todos.
  • No conformarme con lo bueno sino a aspirar a lo mejor.

Conformarte con lo bueno o solo evitar lo malo puede ser hasta práctico. Pero aspirar a algo mejor puede no parecer practico pero si ser muy útil.

No te engañes siendo bondadoso.  Si crees que puedes negarte a ser ti mismo por hacer un favor y a cambio dejas de ser una persona buena para convertirte en un mero utensilio de recursos limitados. Hazte un favor: replantéate tu forma de quererte y respetarte.

 

 

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El hombre cada vez más cerca de ser como es

hombre

“Dejar de ser el hombre o mujer que uno sabe que es, un contrasentido vital e intelectual”

Un hombre que para darse a valer en el mundo, se dedica a imitar a las mujeres y se feminiza, deja de ser el mismo.

Una mujer que por integrarse mejor en el mundo se dedica a imitar a los hombres y se masculiniza, también deja de ser ella misma.

El ser y el estar, es lo que llena y da sentido a nuestra vida e impulsa los latidos de nuestro corazón.

El tener y el poseer sin embargo es en gran medida el peso muerto que puede frenar los latidos de cada corazón.

Ni hombres feminizados ni mujeres masculinizadas, pueden conciliar habilidades y limitaciones reales donde todos hombres y mujeres nos aceptemos como somos y también aceptemos a los demás como son sin más restricciones culturales o ideológicas…

“Travestir nuestra identidad solo para conseguir ventajas personales, nos traiciona a nosotros mismos”

No es fácil conocerse bien como hombre y/o como mujer, pero que no sea fácil no nos justifica para no intentarlo. La suma de nuestra identidad sexual y nuestra identidad personal es mucho más que lo que tenemos y poseemos es nuestro saber ser y estar y esto es lo que nos motiva para llevar a cabo cualquier proyecto que esté en nuestras manos.

Durante décadas a la mujer le ha sido difícil ocupar el espacio y el sitio que se  merecería. Actualmente el hombre al igual que ha hecho la mujer, debe trabajar más duro para a ubicarse en el espacio y el tiempo que también le corresponde por derecho propio y no solo por el poder de ser hombre,  como ha ocurrido hasta ahora.

Hombres y mujeres no deben ningunear su perfil más humano. El hombre puesto en su lugar no necesitaría pisotear a la mujer por la fuerza porque  él tiene su puesto. La mujer no necesitara luchar o ningunear al hombre porque ella tiene su sitio y él el suyo.

Gran parte de los hombres y mujeres infelices, hacen infelices a los demás por falta de poder ser ellos mismos y sentirse orgullosos de ello y por ello.

Antes a los hombres les enseñaban desde pequeños a posicionarse frente a otros hombres y  mujeres por la fuerza bruta y no por el valor de ser ellos mismos.

Antes era políticamente correcto: “Que gane el más fuerte y aunque no sea el mejor”

Hoy lo políticamente correcto ya debería ser: “Que gane el mejor aunque no sea el más fuerte”

 

 

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Saber vivir en las tormentas depende nada más que de ti

saber

¿Sabrías colocarte en el lugar que te corresponde ante un conflicto?

¿Sabes que no solo es importante la calidad y la cantidad del motivo, sino también tu actitud y de tu capacidad para pedir ayuda al resolverlo?

Lo normal es que a nadie le guste tener conflictos. Pero llegado al punto de tenerlos, es muy interesante saber identificar los 3 perfiles de personas conflictivas con las que te puedes encontrar:

  • Las personas que se sienten vivas generando conflictos innecesarios a los demás. Son personas que con su falta o exceso de ego se convierten en un  amplificador de tensiones permanentes.
  • Las personas que siempre se creen que tienen que intervenir en los conflictos de los demás. Son personas que su falta o exceso de ego les hace ir por la vida con un chaleco salvavidas para poder  sumergirse en las vidas de los demás.
  • Las personas que siempre se creen que los demás son los responsables de sus propios conflictos. Son personas que su falta o exceso de ego les convierte en una ducha que esta salpicando a todos los que estén cerca.

Para este tipo de perfiles no sirven de nada ni explicaciones ni argumentos ni justificaciones. Solo cabe coger la distancia necesaria que proteja  tu espacio y territorio sin interferencias no deseadas de nada ni de nadie.

Coger distancia no es de egoístas ni de cobardes, sino de personas valientes que que quieren respetar, que se les respete y que se les considere por lo que son y no por las circunstancias sobrevenidas.

Para resolver un conflicto con valentía se necesita tener una actitud sana y libre de complejos:
  1. Teniendo la humildad de aceptar ayuda de terceras personas si tú solo no puedes arreglar las cosas. Además, debes correr el riesgo de dejarte ayudar por ella y su percepción del problema aunque difiera de tu percepción, porque probablemente su visión global es mucho más objetiva que la que tú puedes tener.
  2. Tener una actitud sana no te da derecho a pensar que solo por tu sana actitud tienes toda la razón y ninguna carga de responsabilidad en el asunto a resolver.
Y también se necesita dar 3 pasos:
  1. Reconocer que tienes un problema con otra u otras personas, y saber que es casi irrelevante quien lo ha generado y sin embargo muy relevante el reconocimiento de tu participación en la resolución del problema para empezar a andar.
  2. Saber pedir ayuda a una tercera persona cuando es imposible resolverlo a solas entre las personas implicadas para poder dar pasos hacia una solución.
  3. Saber elegir bien a la persona especializada o amiga es clave para seguir dando pasos hacia la resolución del conflicto. No es fácil encontrar siempre a esa persona adecuada pues tiene que tener aptitudes claras para moderar la situación. Con su intervención no debe generar un conflicto mayor del que ya hay.

Todas las partes que participan del conflicto, en unos casos unos por pro-acción y en otras por omisión por este motivo:

  • El no hacer nada ante un conflicto ya es hacer…porque no hacer nada a veces es hacer o consentir demasiado.
  • Para resolver un conflicto tampoco hay que tener prisas, porque a la solución  hay que ir “sin prisa pero sin pausa”; es ir pasito a pasito y no avanzar dando zancadas o patadas.
  • El hecho de que te sientas injustamente tratado ante un conflicto, no te da más razón, porque una cosa el supuesto mal trato recibido y otra diferente pero también importante que es cuál es el motivo original del conflicto donde ambas partes pueden haber aportado algo o mucho…

La sana actitud en un conflicto ha de ser siempre: Íntegra, honesta y moral

“Provocar un conflicto para sacar ventajas personales, no es íntegro”.
“Entretener la solución de un conflicto para adquirir ventajas personales, no es honesto”.
“Silenciar un conflicto para sacar ventajas personales, no es moral”.

Cuando tu actitud no es sana, no tendrás paz interior ni contigo mismo ni con los demás.  La falta de equilibrio y coherencia en tus actos hará que tu actitud ante los conflictos pueda llegar a hipotecar tu integridad personal.

Si quieres que un conflicto no acabe siendo un inicio de corrupción personal, procura resolverlo eficazmente con una actitud sana y dando los pasos necesarios para su pronta resolución, porque hay personas que viven de los conflictos e incluso se sienten cómodas en ellos porque se alimentan como los virus, de la infección humana que surge de cualquier conflicto sin resolver.

 

Si te valoras y valoras a los demás, no navegues entre conflictos, atájalos con responsabilidad  personal para evitar el daño y el resentimiento que son sentimientos que producen mucho dolor e inflamación emocional.

 

 

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Tu libertad en manos del móvil se llama nomofobia

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móvil

El móvil y tú – ¿sois amigos o enemigos?

Cuando has entregado tu libertad de movimientos a una pantalla electrónica,  dejaste de ser parte del que eras para estar al servicio de ese “artilugio” que termina por secuestrar también tu libertad de pensamientos.

 

 

  • ¿Qué haces cuando te vas de casa y se te olvida llevar contigo el móvil?.
  • ¿Qué te pasa cuando te acuestas y no te puedes dormir sin antes poner a cargarlo?
  • ¿Qué te ocurre cuando estás comiendo y te suenan alertas?
  • ¿Eres consciente de que tienes que silenciar tu móvil  antes de entrar en un acto público civil o religioso?
  • ¿Puedes centrarte solo en ver una película,  sin tener que consultar tu teléfono durante la proyección?
  • ¿Eres capaz de ir observando a las personas que están cerca de ti o de ir  contemplando el paisaje, cuando viajas?
  • ¿Puedes concentrarte en tu trabajo sin tener la necesidad de chatear al mismo tiempo?
  • ¿Has tenido alguna vez que mentir a alguien, por el tiempo que le dedicas al móvil?
  • ¿Has notado que te pones nervioso o de mal humor con los demás si te interrumpen cuando estás enganchado a tu teléfono?
  • ¿Duermes menos horas que antes, por estar a ultima hora navegando con  tu móvil?
  • ¿Has dejado de leer libros por dedicarte a chatear o a navegar sin rumbo fijo en tus ratos libres?
  • ¿Has notado que has perdido el control del tiempo que pasas aislado con tu móvil?
La telefonitis es la adicción  del siglo XXI

Es una adicción que afecta a toda la población en general, no es exclusiva de los adolescentes e inmaduros sino que también puede afectar a los adultos y  maduros.

Cuando pierdes el auto-control y el dominio personal sobre tus propias actividades y decisiones entras en riesgo de ser adicto. Si tu pérdida de control por adicción al móvil todavía te deja ser exigente contigo mismo, ponte en marcha:

  • Cuando hables con personas que te importan no tengas el móvil ni en la mano ni en el bolsillo aunque lo tengas silenciado.
  • Deja tu móvil fuera de la mesa donde comes.
  • Pon tu teléfono en modo vuelo a partir de una determinada hora.
  • Saca tu móvil de tu dormitorio cada noche antes de acostarte.
  • Desconecta tu teléfono cuando estés haciendo al mismo tiempo una actividad lúdica.

“Hacerlo todo pegado a tu móvil, es no hacer nada por ti mismo. Hay más vida si desconectas, disfruta de ella”
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